Ya empezamos 2011, un año que de acuerdo al calendario chino será el año del conejo. El año que acabó, fue un tiempo en donde pude desarrollar mi pasión por el queso, dejé de verlo como un ingrediente o un alimentó más, el queso se volvió para un condimento de mi vida.
En muchos momentos fue mi compañero incondicional ya que fue el protagonista de un sin fin de platillos. Aprendí que hay una variedad muy amplia para poder prepararlo y que en realidad la mayoría lo disfruta sin igual.
El año pasado me preguntaron si soy cheff, cocinera o algo parecido, la respuesta fue NO, únicamente tengo una fuerte pasión por el cocinar y pintar sonrisas entre aquellos que prueban mi comida, pero algo debo de reconocer, los que preparé con queso siempre fueron los que tuvieron más éxito.
El queso simplemente es y seguirá siendo el complemento perfecto en un camino culinario a la felicidad.
